Ayer sábado disfruté de un trocito de Asturias en Alcobendas. Asistí a la presentación del segundo CD de la banda de gaitas Respingo, y pude disfrutar de la actuación de Verdasca un grupo de folk compuesto por seis jóvenes (ya me veo mayor) asturianos. Lo organizaba la Casa de Asturias, que es uno de los movimientos asociativos más activos de Alcobendas. Nos juntamos casi 200 personas.
El asociacionismo goza de buena salud en Alcobendas. A pesar de las trabas y el desinterés que se están encontrando las asociaciones por parte del gobierno del PP, la cultura de participación que durante tantos años ha generado nuestra ciudad permite que en tardes como ayer muchos vecinos puedan disfrutar de su ocio con las iniciativas de otros vecinos. Es algo a lo que estamos acostumbrados y de cuya riqueza sólo nos daremos cuenta si algún día lo perdemos.
Ayer fueron los asturianos y los gallegos, otro día son los manchegos o los castellano-leoneses,también los andaluces y los extremeños, las casas regionales son un ejemplo de participación en el movimiento asociativo de Alcobendas.
Después del concierto pudimos compartir todos una degustación de productos asturianos y como no, de la sidra, y así pude recordar todo lo bueno que tiene esa tierra, aunque no se pueda comparar con estar en Asturias, como bien pude comprobar hace unas semanas. Me quedo con ese orgullo de los asturianos, que sin hacer el ruido que hacen otros saben combinar como pocos las tradiciones con la modernidad y se abren al mundo sin olvidar sus raices.
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